Y tú, ¿le temes a ChatGPT?

Y tú, ¿le temes a ChatGPT?

Sea cual sea tu quehacer profesional, probablemente habrás iniciado este año preguntándote, ¿debo temer que ChatGPT me quite el trabajo?

También yo lo hice, pero después de consultar con algunos expertos en estos temas de la inteligencia artificial -por fortuna tengo uno muy cercano- y de leer ciertos análisis e informaciones al respecto, incluso de “interactuar” con el dichoso sistema, me respondí con mucho gusto que ¡no!

Y ¿sabes por qué? Porque confirmé lo que yo ya pensaba -y deseaba corroborar-: que por muy avanzado que sea este sistema y resulte verdaderamente sorprendente “hablar” con “él”, aún no sabe pensar ni ha desarrollado habilidades que nos son únicas a los seres humanos y que muchos disfrutamos tener, incrementar y compartir.

En mi campo de acción específica, el de la consultoría en comunicación, quizá este producto de la Inteligencia Artificial pueda crear un texto, redactar un artículo o un discurso, generar un guion e incluso realizar un análisis de contenido básico por número de menciones y palabras clave, por ejemplo.

Pero en ninguno de esos casos tendrá la habilidad de decidir:

  • Qué lenguaje específico utilizar de acuerdo a cada público de una organización.
  • Qué temas deben abordarse y cuáles no, así como en qué momento hacerlo en función de la situación particular que vive una empresa, de su cultura, de los cambios organizacionales por los que atraviesa e incluso de las relaciones personales (fáciles o difíciles) en las que están involucrados colaboradores y/o directivos de distintas áreas.
  • Qué temas le gustan o prefiere evitar algún directivo.
  • Cuál es la historia detrás de un proceso y cómo impacta de manera diferente a distintas unidades o sectores de la empresa.
  • Qué objetivos estratégicos se busca apuntalar con un mensaje o un video.
  • Qué palabras, frases o estilo son características de los distintos emisores de mensajes en una organización, a partir de los cuales sus públicos los identifican y por tanto, les confieren credibilidad.

Y ¿por qué no le es posible?

Al menos no en este momento y hasta donde yo sé, porque todo lo anterior sólo puede surgir del conocimiento y la sensibilidad que se producen gracias al contacto directo con las personas que conforman una organización.

Gracias a…

  • La convivencia con ellos.
  • La participación en sus distintos eventos y reuniones.
  • Las conversaciones formales e informales con quienes integran los distintos niveles de la organización.
  • La lectura de sus documentos.
  • La participación en la definición de sus estrategias.
  • La implementación de sus tácticas.

En pocas palabras, del contacto humano – humano, así como de la experiencia y el interés genuino en el otro, en los otros.

Mantener el toque humano…

… para seguir trabajando en lo que más nos gusta, lo cual desde luego no significa que no aprovechemos al máximo los enormes y productivos recursos que la tecnología nos ofrece, ¡siempre a nuestro favor y por el bien de nuestros clientes!

¿Qué opinas tú de ChatGPT y cómo se relaciona con tu trabajo?

¡Cuéntanos!

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