Las palabras importan
Mi nombre es Rafael Salmones y me relaciono personalmente con las palabras.
En Zeda Comunicación trabajo directamente con ellas.
Leo, analizo y escribo dentro del proceso comunicativo en el cual nuestros clientes establecen contacto con sus audiencias y con quienes se refieren a ellos.
Lenguaje y mundo
Desde los antiguos monitoreos de prensa elaborados con recortes de periódico pegados en hojas bond, fotocopiados y enviados vía fax (¡larga vida al .pdf!)-… hasta robustos análisis de contenido de publicaciones y temas específicos… o la redacción de mensajes y piezas comunicativas para medios internos o externos, más de 25 años de experiencia me han permitido comprobar dos contundentes realidades de las que nuestros clásicos nos hablaron desde siempre:
-El mensaje es responsabilidad del emisor
-El lenguaje delimita nuestro mundo
Decir es mostrarse
Lo que una organización dice la muestra aunque no hable de sí misma -aplica a sus miembros también-. Y si quiere alcanzar una audiencia específica debe elegir el código y el canal adecuado para que el mensaje se reciba adecuadamente.
Igualmente, lo que se dice de las organizaciones se suma a un perfil público que queda (tal vez completo, tal vez sólo una parte) en la memoria de quien lo leyó o lo escuchó, al tiempo que muestra (al ojo u oído adiestrado) la perspectiva y/o intención de quien lo dice o escribe. Nosotros somos esos ojos y oídos adiestrados y estamos para servirte.
Soy un convencido de que precisión no debe ser sinónimo de aridez. Hasta el mensaje más breve puede tener valores estéticos. Igualmente, pienso que cuando se tiene poco que decir, amontonar palabras a destajo daña más de lo que adorna.
Comunicar -por etimología- es poner en común. No todos los mensajes comunican. No todos los datos son información.
Las palabras importan. Y cuando se les da su lugar construyen grandes mundos.
¿Construimos juntos?